FORMOSA VIRAL

Nuevamente un grupo de “sin techos” volvió a cortar la ruta nacional 11 a la altura del puente blanco, en el acceso norte a la capital provincial, dejando como rehenes del tironeo con el gobierno, a miles de formoseños que nada tienen que ver con el reclamo que por estas horas se tornó autoritario.

Por un lado la actitud inflexible de los manifestantes que pretenden a toda costa y sin ningún tipo de esfuerzo de su parte, que el gobierno les entregue un módulo habitacional, y por el otro las autoridades provinciales que dejaron que el tema se les vaya de las manos, viéndose sobrepasadas por la situación y con la intención de no ceder ante presiones de un grupo de personas que mantiene un corte de ruta para obtener lo que quieren.

Miles de formoseños quedaron en el medio de la pelea por un módulo, y sin poder trasladarse libremente hacia sus trabajos, incluso, cercenando el libre paso de trabajadores esenciales a los que “sólo les permiten el paso a pie”, una locura desde todo punto de vista.

La extorsión por un techo con la excusa de los bajos recursos o la pobreza, e incluso utilizando menores de edad para sostener una medida totalmente desproporcionada e irrazonable a esta altura, puso a miles de formoseños en contra del reclamo y sus manifestantes, ya que en las redes sociales lisa y llanamente son tratados como “vagos”.

Mientras que el Gobierno aplica la estrategia de desgaste, que se cansen y se vayan, los que deben “pagar los platos rotos” son los simples ciudadanos, que sufren a pleno el rigor de la medida.

Los piqueteros han deformado su reclamo al hacerlo una cuasi extorsión, al punto que la presión por un módulo recrudece con el corte inflexible de la vía de comunicación y encima, con la presencia de menores de edad que sufren la desidia y terquedad de los adultos que deberían cuidarlos.

En este punto, si el Gobierno cediera y les entregara módulos, estos mismos personajes volverían a cortar otra ruta para pedir cualquier otra cosa, sea trabajo, sea alimentos, sea planes sociales, con la excusa de vulnerabilidad y pobreza.

Lamentablemente, estamos ante la irrazonabilidad de personas que viven del criterio de ver qué pueden recibir sin ningún esfuerzo de parte del gobierno, y con el pretexto de ser vulnerables, extorsionan a la sociedad para ver cubrir todos sus antojos.

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