FORMOSA VIRAL

Formosa es tristemente célebre como una de las ciudades de la provincia que ha concentrado dos pésimos ejemplos para una sociedad moderna: la crueldad extrema hacia los animales y la indiferencia cómplice de las autoridades municipales. Como consecuencia, uno de los animales más nobles que ha conocido el hombre, el caballo, transcurre una vida de dolor y miseria en las calles formoseñas, al punto de morir de cansancio en plena vía pública.

La Ley N° 14.346 impone penas al maltrato animal y la tracción a sangre, pero en Formosa, es lamentablemente letra muerta. Como lo son los caballos, que recorren estirando carros cargados con un peso mayor del que pueden soportar, no tienen herraduras, no están bien alimentados, no les dan descanso, no los bañan, en definitiva, los hacen trabajar a un ritmo despreciable, que termina matándolos.

Es casi habitual ver que los sobre exigen, no los tratan bien, los usan con pesados carros que tienen como ejes de ruedas, elementos propios de camiones, es decir, el carro vacío ya es una pesada carga para el pobre caballo.

Muchas veces, sus despreciables dueños los atan al rayo del sol, sin agua, sin comida cerca, sufren horas y horas, y ni la Policía a través de su división de Asuntos Rurales ni la Municipalidad no hacen nada para parar este salvajismo.

Hace años la municipalidad de Formosa viene prometiendo que erradicará la tracción a sangre, porque ya venía mal el tema y se veía por las calles el tremendo maltrato al que eran sometidos los caballos, tirando de un carro hasta la muerte.

Pero el tiempo pasó y la comuna no hizo nada. Los caballos siguen siendo explotados, maltratados, por personas con una ignorancia suprema sobre animales y sus usos responsables. De hecho, conductas como las que se ven en calles de Formosa están tipificadas con prisión, pero aquí nada pasa porque las autoridades no reaccionan.

En el interior formoseño, el caballo es un animal de trabajo muy cuidado, bien alimentado, se gastan vacunas, alimento balanceado, todos los días luego de una breve tarea se lo baña, se lo aloja en un lugar donde puede descansar. Pero todo eso es inexistente en Formosa capital. La crueldad y el salvajismo están a la orden del día.

Semanas atrás, un caballo quedó colgado del guardarrail de la ruta 11 a la altura del puente blanco, porque se cayó del cansancio. Probablemente murió. Y si no fue así, habrá deseado haber muerto, porque el maltrato en Formosa es extremo, brutal, insano.

Hoy, el tema vuelve porque nuevamente se viralizó por las redes el maltrato a estos caballos por carreros que los usan para trasladar carros llenos de ladrillos. El trato es brutal. Un solo caballo para un pesado carro de quizás más de dos toneladas. Bestial. Y aquí las bestias precisamente no son los pobres equinos.

¿Hasta cuándo vamos a ver caballos que se mueren de cansancio en las calles de Formosa?

¿Quién es responsable de tamaña canallada?

Son animales fuertes, y si se mueren en las calles es porque los carreros formoseños los han mal usado tantos años que han logrado quebrar su fortaleza.

Muchos tiran carros aunque se los ve heridos, malnutridos, esqueléticos. Todo por unas monedas que se lleva al bolsillo su eventual dueño, que debería estar preso.

¿Hasta cuándo Formosa?

 

 

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