El gobernador argentino que más tiempo se mantuvo (y se mantiene) en el poder desde el retorno democrático es el formoseño Gildo Insfrán.
Este 10 de diciembre de 2020 cumplirá 25 años de mandato ininterrumpido como gobernador de la provincia, habiendo sido reelecto en incontables oportunidades.
Ocupa el sillón de Fotheringham por seis mandatos completos, y lleva actualmente ejerciendo el séptimo mandato, cumpliendo este jueves 10 de diciembre de 2020, 25 años como gobernador constitucional de la provincia, un total de 9.125 días, uno de los más extensos de la historia argentina.
Incluso, superó hace años, el mandato que cumplió como gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, que ocupó ese cargo desde 1835 hasta 1852, un total de 17 años consecutivos.
Desde el retorno de la democracia en 1983, también se puede decir que superó en funciones a varios presidentes reelectos, como Carlos Saúl Menem, que permaneció en ejercicio de funciones políticas por 10 años y 5 meses. También superó a Cristina Kirchner, que gobernó como presidente de la nación durante 8 años de mandato.
A nivel internacional, es posible citar como ejemplo similar al rey Juan Carlos I de España, que mantuvo la corona por un cuarto de siglo.
Así las cosas, el gobernador que más tiempo ocupó el cargo es Gildo Insfrán, actualmente en el cargo con 25 años consecutivos. Le siguen Vicente Joga y José María Uriburu, ambos con 8 años de mandato en total pero no consecutivos.
Antes de ser gobernador en 1995 había sido vicegobernador desde 1987, lo que lo convierte desde hace 32 años en una cara conocida del Poder Ejecutivo de Formosa.
El 19 de enero de 2021, Gildo Insfrán cumplirá 70 años, sin embargo, su séptimo mandato que actualmente transcurre, finalizará el 10 de diciembre de 2023, cuando Insfrán esté cerca de cumplir 73 años de edad. Actualmente, el primer mandatario no se ha referido en ninguna oportunidad si éste es su último periodo como gobernador y si planea retirarse de la política activa.
Su influencia sobre la historia formoseña es tal, que el periodo marcado por su dominio político puede ser fácilmente llamado “época de Insfrán”.
Su fuerte personalismo, carácter enérgico, hábil diplomático, y otras características como que es amado y odiado con firmeza desde distintos sectores, lo convierten en el último caudillo del interior, entremezclado en los vaivenes del siglo XXI.
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