El presidente Alberto Fernández prepara para las próximas horas un controvertido respaldo para un aliado en problemas. Planea viajar mañana a Chaco para inaugurar -junto al gobernador Jorge Capitanich – una sala de situación en el aeropuerto de Resistencia para el combate contra el coronavirus en esa provincia, tercera a nivel nacional en cantidad de contagios. Si se concreta, será el primer viaje del Presidente luego de que la Unidad Médica Presidencial le recomendara no salir de la quinta de Olivos salvo “situaciones impostergables”.
En la Casa Rosada informaron que hasta ahora el viaje está confirmado, pero se negaron a dar precisiones. En paralelo, no obstante, el ministro de Salud, Ginés González García, dijo hoy que le había pedido al Presidente que no fuera a Chaco. “Quiere ir. Nosotros le decimos que no vaya por razones epidemiológicas, por razones de protección”, dijo González García a CNN Radio. “Quiere dar un apoyo en una provincia que está muy difícil”, explicó el ministro. “Lo que me dijo es que, si va, no sale del aeropuerto”, agregó.
Mientras tanto, desde el gobierno de Capitanich hablaban de la llegada hoy del equipo de coordinación presidencial a la provincia. Voceros del gobernador confirmaron que se prepara una actividad “simbólica” en el aeropuerto, “con acceso limitado y presencia reducida de personas”. Allí mismo se anunciaría la conformación de la sala de situación, pegada al aeropuerto, en las dependencias de Defensa Civil, dónde ya funciona el Centro de Operaciones de emergencias (COE). Se prevé, además, una conferencia de prensa vía streaming con los medios locales.
Hace dos semanas, y con la firma del médico Federico Saavedra , la Unidad Médica Presidencial le recomendó al Presidente “continuar desempeñando sus tareas habituales en su residencia y restringiendo al máximo posible el contacto interpersonal”. Fernández, que cumplió la premisa hasta hoy de manera casi total, cambiaría el plan original para visitar Chaco, la primera provincia a la que llegó luego de asumir el cargo, en enero pasado.
“Estoy aquí para concretar lo que prometí: ocuparme primero de los que menos tienen y dar la reparación histórica que el Norte argentino merece”, señaló Fernández ese día, y un rato después fue Capitanich quien lo elogió. “Sabemos que con Alberto Fernández y con Cristina Fernández , la Argentina y el Chaco se ponen de pie”, dijo el gobernador, un dirigente cercano a la vicepresidenta.
Cerca de Capitanich afirmaron que “nunca estuvo prevista” una actividad fuera del aeropuerto. “Y menos en otra parte de la provincia”, afirmaron las fuentes oficiales, que daban por hecho la llegada del Presidente.
El manejo que Capitanich hizo de la pandemia -tiene 1930 casos confirmados y más de 90 muertos- es duramente criticada por la oposición local, que incluso le pidió al Defensor del Pueblo nacional la “intervención sanitaria” de la provincia.
El pedido fue rechazado, pero desde la UCR afirman que hay “antecedentes” de intervenciones en el caso de comunidades aborígenes. “La situación sanitaria es desastrosa y a la vez no funcionan los organismos de contralor, ni el tribunal de Cuentas. La gente está totalmente sola, abandonada a su suerte, sin funcionamiento institucional”, dijo a LA NACION el diputado provincial de la UCR Livio Gutiérrez.