FORMOSA VIRAL

El sector privado de Formosa necesita trabajar, necesita facturar y generar ventas de productos o servicios para poder mantener su pyme. No solamente tienen que pagar sueldos e impuestos, sino que justamente ahora, diciembre, es un mes en el que el circulante de dinero en las calles es clave para dar nuevos bríos al negocio y que se mantenga a flote.

De eso depende no solamente el emprendimiento, sino también la fuente laboral de todos los que trabajan en el negocio, que normalmente son cabeza de familia y necesitan llevar el sustento a casa.

Buena parte de la recaudación, es para pagar impuestos, y son esos impuestos y tasas que el gobierno no ha reducido en nada, pese a la restricción a comercios a trabajar lo más posible para sostener el emprendimiento.

Mientras este rubro privado es golpeado primero por la pandemia, la caída de ventas, y luego rematado por las clausuras intempestivas del Gobierno, en Clorinda un corte de ruta es cuestionado por el Defensor del Pueblo del Gobierno de Formosa pidiendo que la Gendarmería Nacional libere la traza con el uso de la fuerza.

Son dos cosas diferentes, pero se parecen desde el punto de vista de cómo ve la mirada oficial al rubro privado y cómo acciona un órgano oficial como la Defensoría del Pueblo ante este tipo de situaciones.

Por un lado ni se inmuta por la clausura masiva de locales y pymes, las cuales quedan al borde del cierre definitivo por la falta de ventas, y por otro, acciona contra personas que se manifiestan pidiendo respuestas al Gobierno.

Más allá de que los locales trabajen con protocolos y lo hagan bien o mal, o que los clorindenses corten la ruta, y eso sea contraproducente o no, bueno sería que la Defensoría del Pueblo sea un puente de diálogo entre el gobierno y la parte privada, o el gobierno y los manifestantes en la ruta.

Que no se sienta o se vea como que la Defensoría ya tiene la camiseta de una de las partes, sino que sea el lugar o el medio de diálogo entre las partes, que acerque posiciones, que logre consensos.

En el medio de todo esto, muchos trabajadores privados van quedando sin trabajo. Y no son personas que pueden seguir sosteniéndose con un plan social, ya que el haber trabajado en blanco justamente le impidió tener algún beneficio social de ese tipo.

Conclusión, al quedarse sin trabajo, pierde el sueldo, y no tiene ni AUH ni un sueldo por discapacidad, ni la Tarjeta Alimentar, nada.

Ese es el escenario que asoma en Formosa, se replica y amaga con extenderse ampliamente en enero próximo.

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